Sobre Mi

Mi foto
Venezuela
Fotógrafa por Vocación|Viajera de pura pasión|Venezolana enamorada♥ libiabolivaroraa@gmail.com

viernes, 12 de julio de 2013

Lo que hicimos el puente del 5 de Julio...


El viaje comenzó el 4 de julio, cuando no teníamos ni idea del destino pero queríamos viajar… Tenemos toda la semana planificando y preparando equipaje y no sabemos ni para donde iremos… Playa Lulú, descartado, porque nos comentaron que había vientos de 40Kph aproximadamente y no queremos morir atacados por millones de clavitos pequeños que nos golpearán hasta partir (arena)… Para la cascada en Zumbador?, tampoco, es viaje corto para nosotros y podemos hacerlo cualquier fin de semana… Es el mismo caso de Cobalongo, podemos ir un sábado o domingo cualquiera…
Pero, mañana es 5 de julio, viernes, fin de semana largo… A donde carrizo vamos?.  Vámonos para Trujillo!, hay bastantes sitios que visitar y de paso podemos ir hasta Las pailas que nunca hemos podido llegar por cuestiones de tiempo…
 
 Así lo pensamos, y así lo hicimos. Terminamos de cuadrar equipaje (para frío), y cuadramos hora de salida para el día siguiente.
A las 7am ya todo el equipaje estaba en la camioneta, el calor era apremiante, pero había que terminar la revisión de rutina, chequear que nada se quedara, limpiar bien el parabrisas, chequear el agua de Victoria. Listo!, ahora si. Prendemos la camioneta y comenzamos a ver un chorrito de agua caer… -¿Qué es esto?, ¿De Dónde sale esta agua?, ¿Del parabrisas?, Abre ahí el Capot!....- Cooooo!, se rompió una manguera… De esa no tenemos repuesto… ¿Qué hacemos?, será cortarla!...  Como íbamos hacia Boconó (Toyolandia), pasaríamos por las ventas de repuestos y la compraríamos. No hay perdida, plomo!!.
En eso llama La Wales y dice –Ya llegué, ábreme el portón- Le abro la puerta y pasan, les contamos los acontecimientos y bueno, así resolvimos arrancar y buscar el repuesto en el camino…
Autopista Jose Antonio Páez
No salimos a las 7am como teníamos previsto, pero salimos antes de las 8am, que aún es buena hora ya que en realidad no es tan largo el trayecto.

La carretera estuvo tranquila, nos encontramos un poco de tráfico en la autopista, algo de cola, pero después de salir de Valencia, todo mejoró, nos rindió bastante el día. Fuimos pasando de pueblo en pueblo verificando si estaba abierta alguna venta de repuestos y nada. Una vez en Batatal, encontramos varias, pero no tuvimos suerte, se encontraban repuestos de FJ40 o 45 en su mayoría…




Seguimos así, siempre atentos, no había casi nada abierto por ser 5 de julio… Preguntamos en cuanta venta vimos, y nada. Decidimos seguir. Una vez en Boconó, volvimos a preguntar y nada… Fue pasando el tiempo y nosotros seguimos rodando. Nos distrajimos con el paisaje, llegamos a Niquitao a la Posada del Sr. Freddy, a quien conocimos hace unos años atrás cuando nos abrió las puertas y nos ofreció alojamiento en medio de una noche lluviosa y llena de fango que no nos permitió subir a Cabimbú.
Niquitao

Niquitao, pueblo del Estado Trujillo, el cual se encuentra a unos veinticinco kilómetros del pueblo de Boconó, fue fundado en 1626, y aún conserva la imagen de la arquitectura de la época, que según supimos  por ordenanza municipal, no pueden modificar las fachadas, ya que Niquitao fue declarado “Bien de Interés Cultural” por la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural el 5 de Febrero de 1.996.


Posada Villa Neblina

Una vez ahí, cuadramos para ir hasta Las Pailas el día siguiente, pues nunca hemos tenido la oportunidad de conocerlo. Esa noche pernoctamos allí, en Villa Neblina.


Casas de Niquitao
Como aún era de día cuando llegamos, aprovechamos de dar unas vueltas por el pueblo, nos sorprendió que estaba todo el pueblo de duelo, pues había muerto alguien, y ese pueblo se paraliza cuando ocurre algo así. Todos los comercios estaban cerrados, todo el mundo alrededor de la Iglesia, la carroza fúnebre estacionada a las puertas de la misma, era una Toyota FJ45, como era de esperarse… Que descanse en Paz escuchas a la gente decir al pasar… Nos resultó imposible probar las suculentas pizzas que nos recomendó el sr Freddy (pues todo estaba cerrado), pero si pudimos llegar hasta la casa de la familia Batoni, famosa por fabricar el mejor vino de mora que he probado.

Llegamos por recomendación del Sr.Freddy, nos estacionamos y bajamos, estaban a punto de cerrar, pero el Sr. Batoni nos recibió con cortesía y jocosidad. Nos contó que ese negocio era de su padre, que había fallecido hace algún tiempo. –A mi no me gusta esto!, me gusta es cultivar las moras, me gusta el campo. Pero como el viejo ya no está, pues nos ocupamos de este negocio, que ya tiene mucho tiempo y la gente lo conoce…-

Nos permitió degustar los tres tipos de vino que hacen allí: Seco, Semi-Seco y Dulce. Además, pudimos probar el ponche, que es una divinidad!... A mi particularmente me gustó mucho el semi-seco, por lo que compré 2 botellas y una botella de ponche para tenerla en casa y abrirla en cualquier ocasión especial.

Así cada quien compró lo que quiso y prometimos volver al día siguiente de día, ya que el sol se estaba ocultando para comprar los “regalitos”, y las botellas que se llevarían para Caracas…
“La familia Batoni lleva más de
cien años elaborando uno de
los más exquisitos vinos de mora
de toda Venezuela, siendo
uno de los atractivos gastronómicos
más reconocidos de la
población de Niquitao. Juan
Bautista Batoni Mora es el actual
heredero de la tradición familiar,

la cual fue iniciada por
su abuelo, Elbano Batoni,
quien llegó a la comunidad
procedente de Italia a finales
del siglo XIX y formó su familia
con una mujer de la comunidad. Albano tuvo la iniciativa
de preparar vino como una actividad económica, pero dada

la falta de viñedos y la existencia de moras silvestres,
procuró adaptar los procesos para aprovechar este fruto y
obtener un producto de calidad, considerados actualmente
como los mejores vinos de mora de todos Los Andes venezolanos,
pues los preparan en tres sabores: seco, dulce y semiseco.
Juan Bautista Batoni manifiesta que la calidad de
este vino depende, entre otras cosas, de que todo su
procesamiento
es artesanal, se madura en barricas de roble blanco durante
ocho meses y de la cuidadosa selección de las frutas
procedentes en su mayoría de su propia finca, aunque dado

el aumento de la demanda ha tenido que recurrir a otros
productores de la zona.”

Tomado de: http://posadadontobiasvzla.blogspot.com/


Sendero a las Pailas
 Volvimos a la Posada y nos pusimos a hacer unas suculentas hamburguesas. El Sr. Freddy nos prestó amablemente su cocina así que con toda comodidad hicimos las hamburguesas y luego comimos al aire libre en la entrada de la posada…

Estuvimos un rato más comentando y hablando y nos dispusimos a dormir. Al día siguiente iríamos a Las Pailas, así lo planificamos.

La noche pasó tranquila y apacible, bien arropados el frío no molesta. Al amanecer nos fuimos despertando y acomodando para salir a la caminata. Mientras las muchachas se acomodaban, aprovechamos de cargar las camionetas, ya que la idea era después decidir hacia donde nos moveríamos y donde acamparíamos.


Comenzó el camino hacia Las pailas, el día estaba claro y sin nubes, el cielo azul y el sol brillante. En la primera parte de la caminata, unos 700 u 800mts es bastante inclinado, pero los carros llegan hasta ese primer tramo, y justo donde comienza la caminería hay un espacio donde podríamos acampar en una próxima visita.

Hay una hermosa caminería que hizo la alcaldía, con barandas de madera bien rustica y un puentecito sobre el río, cuando llegas allí entiendes que apenas estas comenzando, y que aún falta bastante. Hicimos unas fotos de rigor y proseguimos. El sendero a veces se pone cerrado por tanta vegetación, hay que tener cuidado, pues el suelo se pone fangoso y resbaloso y una caída sería peligrosa. Hay un solo tramo difícil, ya que el terreno ha ido cediendo y es angosto, pero son unos 5metros apenas, así que con cuidado se pasa rápido y sigues.

En el camino a Las Pailas el Sr. Freddy nos mostró otros pozos donde puedes bañarte si gustas. Sigues subiendo, y vas haciendo paradas en cada pozo, así que te da chance de descansar. Al final, llegas hasta Las Pailas, que son tres grandes pozos en la roca que el al agua ha ido socavando. Nos contó el Sr. Freddy que los niños se bañan allí con naturalidad y entran y salen cual delfines del agua. Él en una ocasión se metió en verano y le fue imposible salir sin ayuda, ya que los bordes de la roca son babosos y las paredes curvas que no le facilitan agarrarse ni impulsarse.

Unos 3kms separan la Posada Villa Neblina de las Pailas, y les digo: Vale todo el esfuerzo recorrerlos, nos tomó una hora y quince minutos con todo y paradas en cada pozo.. Les recomiendo quedarse en la Posada del Sr. Freddy (Villa Neblina), y de allí parten hasta Las Pailas.

El sendero de retorno se nos hizo mucho más corto, ya no íbamos hacia lo desconocido, sino que sabíamos exactamente donde pisar, lo hicimos en unos 30min y al llegar a la Posada, el Sr. Freddy nos llevó hasta su siembra de fresas donde nos permitió tomar las que quisiéramos para comer… Toda una delicia!.

Luego de refrescarnos, recoger lo que faltaba y calentar motores, partimos a dar una última vuelta por el pueblo, fuimos en primer  lugar a La Casa de las Mantecadas, que son unas tortas dulces a base de maíz, deliciosas. Allí aprovechamos de visitar una colección de antigüedades por tan sólo 5 bolívares, donde pudimos ver desde afiches de películas, hasta encendedores; hierros de marcar ganado, teléfonos, cámaras, botellas, y latas de diversos productos que hoy la juventud ni conoce… Es una parada obligada cuando pasen por Niquitao.

Luego de salir de allí, recordamos que el día anterior vimos un museo cerca, así que fuimos hasta allá, es el Museo Monseñor Dr. Jesús Manuel  Jáuregui, que fue inaugurado en la que fue su casa natal; El Monseñor Jáuregui fue reconocido como el símbolo de la integración andina, de modo que quisieron  dignificar el sitio que marcó el comienzo de una vida cuya obra imperecedera y fecunda estuvo dedicada al impulso del bien, de la justicia, del amor, de la investigación, la ciencia, la cultura y la espiritualidad de nuestros pueblos andinos.

Una vez en el Museo, dimos una vuelta de reconocimiento y salimos hasta el patio trasero, desde donde se aprecia una vista hermosa de los cerros de Trujillo, todos sembrados y cultivados, una belleza. Cuando lo visitamos tenían un problemita con unas abejas que estaban tratando de hacer su colmena en el techo y no pudimos disfrutar de la visita guiada… Será en otra ocasión.

Pero si aprovechamos de conversar con la Sra. María, que estaba encargada de la pequeña tiendita en la entrada al Museo. Allí probamos algunos dulces típicos y aprovechamos de comprar algunos recuerditos ara llevar a casa. Dimos un paseo corto y nos despedimos.

De allí fuimos a comer, porque ya el hambre ataca, eran la una de la tarde y recordamos que frente a los Vinos Batoni habíamos visto un restaurant, así que allá fuimos a parar, era matar dos pájaros de un solo tiro.

Una vez en ese restaurant, nos comimos unas deliciosas sopitas, había de arvejar y pisca, a su elección, y quienes quisieron pidieron un segundo plato, que para este grupito fue TRUCHA sin pensarlo mucho. Nos sorprendió la decoración, no se pierdan visitar el baño para que se sorprendan con el “papel tapiz”, y si les interesa saber los precios, son casi regalados!... IMPELABLE hacer esa parada, porque además la comida estaba Divina!


Al salir, cruzamos la calle y entramos a visitar al Sr. Batoni, comprar unos vinitos y despedirnos hasta el próximo viaje… Todo un placer conversar con ese señor…


Nos montamos en las camionetas y cuadramos que hacer. Los muchachos querían subir a Cabimbú, así que los complacimos, sería esa la ruta que tomaríamos. Nosotros teníamos nuestras dudas (recuerdan la manguera que estaba falla)… Eran las 2:30pm cuando arrancamos.

Comenzamos a subir por las Mesitas y el cielo permaneció despejado, tuvimos suerte, pues pudimos apreciar los cerros en todo su esplendor. Que colores más hermosos!... En algún punto, Carlos observó que estaba comenzando a subir la temperatura… -Cooooo! Esa es la manguera! Bien bueno pues!- Al mismo tiempo por el radio: -Parada!, recorten, mosca!. Esta recalentándose Victoria!...-

Así nos paramos en un recodo, abrimos el capot y confirmamos nuestro mayor temor… La Manguera se rompió!... Nos vimos las caras: -¿Y ahora qué hacemos?-.  Carlos: -Déjame revisar la caja repuestos a ver si resolvemos con la otra manguera que tenemos ahí-

Buscamos la manguera, sacamos la caja de herramientas, miramos todo alrededor, ustedes saben, en esos momentos uno cree que va a encontrar una mata de mangueras de donde sacar el repuesto pa´ resolver esto… Lo cierto es que estuvimos probando varias alternativas ahí para ver cual funcionaba. Entre ellas tomamos prestado un pedazo de alambre de una cerca, que No funcionó.
 
Lo único que pudimos hacer fue: Cortar la manguera, volver a fijar la abrazadera y bajar. Lamentablemente no podríamos seguir subiendo con esta falla. Debíamos bajar para acercarnos a la civilización y poder ubicar el repuesto la mañana siguiente. Este segundo corte dejaba la manguera muy corta y podría romperse en cualquier momento.

Hicimos eso, pusimos agua full en el radiador y comenzamos a bajar. Así lo hicimos hasta Boconó, pues allí sería el sitio donde tendríamos mayor posibilidad de localizar el repuesto en la mañana siguiente.

Ubicamos un hotel, fuimos a comer y luego a la plaza a conversar un rato. La manguera comenzó a botar agua nuevamente cuando llegamos al hotel, pero bueno, no podíamos hacer nada a esa hora. Dejaremos eso así hasta mañana temprano, cuando buscaremos alguna venta abierta y resolveremos.

La mañana siguiente comenzó a las 7am para nosotros. A las 8am ya Carlos estaba por las calles de Boconó buscando alguna venta de repuesto abierta. No tuvo suerte. Pero si encontró un alambre en una casa que estaba en construcción y lo “tomó prestado” (hacemos llegar nuestra disculpa y agradecimiento). Con eso empató las mangueras y amarró. –En nombre de Dios!, así nos iremos- Menos mal que podemos llamar a una grúa en cualquier momento…

Pero, como a la gente buena le pasan cosas maravillosas, cuando íbamos saliendo de Boconó pasamos por una venta de repuestos que estaba abierta y nos paramos sin pensarlo!. Tenían una manguera que nos podía servir!, Aunque era un poco más larga, tenía la misma forma. La compramos y nos fuimos a la plaza, allí desayunaríamos y esperaríamos a que se enfriara la camioneta para cambiar el repuesto.  Todo positivo!. Manguera cambiada +gente desestresada y comida = TODOS FELICES!


Como ya la camioneta estaba fina, y era temprano, pensamos en hacer unas visitas que  estaban cerca. Lo primero fue subir al Cerro donde estaba el Mirador La Estrella, sitio que nos recomendó un chamo que conocimos la noche anterior en la calle del hambre. Lorenzo (Junior) dijo que era bien fino, que se veía parte de Boconó y que la gente subía a tomar caña allá arriba, pero que de Día siempre estaba solito.

Impelable, pensamos. Vamos para allá. Y así fue, ubicamos el cerro y subimos. Tremenda vista!. Se ven las dos entradas a Boconó, bien por Valera y la de Biscucuy que es por donde siempre andamos nosotros… Mirar la ciudad desde arriba te da otra perspectiva. Es una belleza. Grande y bella!.

Estuvimos un rato allí, y descubrimos que hay un sendero para la gente que sube a pie, caminamos un ratico por allí para acercarnos hasta otra punta del cerro y ver el resto de la ciudad… Vale el esfuerzo. Es bellísimo, la brisa fresca que no para, el sol radiante y la más hermosa vista de Boconó.

De allí bajamos y pasamos directo al Museo del Trapiche, que siempre que pasamos está cerrado. Hoy estaba abierto y no lo pensamos dos veces antes de pararnos y hacer el recorrido. No estaba abierto por completo, pero pudimos hacer el recorrido y tomar fotos. Un hermoso jardín en el centro de la casona, flores de todos colores y un gran samán que llena de sombra todo el lugar. Una interesante exposición fotográfica de gente Boconesa de antaño. Hay que ver cómo ha cambiado este pueblo!. 

Seguimos el recorrido hasta mirar el trapiche, también conservado, que parece que puede funcionar en cualquier momento!. Basta quedarse en silencio y mirar para imaginarse como ha debido ser eso en tiempos de la colonia, mirar a negros esclavos de piel brillante y curtida por el sol manejar la caña, empujarla entre los rodillos y usar el bagazo para los telares… Es como viajar en la historia en vivo y directo. Toda una experiencia…  Totalmente recomendada esa visita. Sobretodo si hay gente joven en el grupo que no conocen estas historias…

Para quienes no saben, el TRAPICHE es una unidad de producción de azúcar que utiliza la fuerza animal o natural para el movimiento de  los molinos o mazas. En este museo era hidráulica (agua), que procedía directamente del río la que movía el molino, como se ve en la foto. Aunque pueden encontrarse trapiches movidos por el viento e incluso de fuerza pendular…  Fue hasta muchos años después cuando se incorporó la fuerza motora del vapor para facilitar ese trabajo.

Luego de esta visita llena de historia, teníamos una última parada que hacer: La Laguna de los Cedros. Comenzamos a salir de Boconó y nos desviamos a la laguna. Ahí aprovechamos de averiguar con la gente de Inparques acerca de la acampada ahí y de la ruta para el próximo viaje. Estuvimos un rato más y arrancamos, eran las 3:00pm cuando salimos con destino s casa…




La carretera estuvo suave, y tranquila gracias a que ya teníamos el repuesto cambiado. Hicimos una que otra parada técnica para servir refrescos y eso. Y llegamos a casa a las 9:30pm. Fiona tardó una hora más en llegar a casa, ya que iba a Ccs…

Excelente paseo, grandes experiencia y gente bella…


Hasta la Próxima Ruta!

1 comentario: