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Venezuela
Fotógrafa por Vocación|Viajera de pura pasión|Venezolana enamorada♥ libiabolivaroraa@gmail.com

miércoles, 25 de abril de 2012


|Apoyo de UpetOi 4x4 / Cuchivero, Abril 2012|


En esta oportunidad decidimos partir de noche con destino a Cuchivero, con la intención de esperar la Chalana en Cabruta que sale a primera hora de la mañana (6:00am)… La salida se retrasó un poco, porque el tráfico estaba bastante difícil, y aun estábamos esperando una camioneta que venía desde Caracas. Fue a las 11:26pm cuando logramos partir desde Cagua, Edo. Aragua. La primera Parada la hicimos en Villa de Cura, donde pasamos por la Planta de la PEPSI, quienes nos tenían preparado un Donativo. Uno de los compañeros de viaje que desempeña funciones allí y fue quien pidió ayuda a la PEPSI para que nos apoyara en esta Labor.
Eran ya la 1:00am cuando arrancamos de Villa de cura… El tráfico era escaso, el cielo permanecía nublado, así fuimos recorriendo kilómetro a kilómetro hasta nuestra próxima parada: Dos Caminos, allí recargamos combustible, ya que nos preocupaba no encontrar Estación de Servicio abierta más adelante. Seguimos rodando hasta la próxima parada: EL Sombrero, que, aunque cerca de Dos Caminos, nos ofrecía la posibilidad de tomarnos un café caliente, estirar las piernas y bajarnos un momento de los carros para despertarnos un poco y poder seguir avanzando hacia la meta, eran ya las 2:10am.
La carretera continuó tranquila, luego de pasar Chaguaramas comenzó la lluvia fuerte, eso nos obligó a reducir la velocidad y bajar el ritmo de la caravana, porque lo más importante era llegar sanos y salvos al destino para cumplir con los niños de Cuchivero. A las 4:20am ya pasando Las Mercedes del Llano, arreció la lluvia y era casi imposible ver… A esa hora tan oscuro, y con lluvia, dificulta la visibilidad… aun así proseguimos, pues nos faltaba camino por recorrer…
A pesar de que las nubes cubrían el cielo entero, una hora más tarde, ya comenzaron a verse los primeros rayos del sol, quien se las arregló para iluminarnos el camino. Finalmente, cuando vimos la luz del sol atravesando el rocío y calentando todo, fue un espectáculo. Los tonos anaranjados, amarillos y rosados que nos acompañaron en la carretera unos kilómetros es una vista privilegiada, la cual pudimos disfrutar conversando por los radios….
La brisa fresca fue nuestra mejor compañía cuando a las 6:30am llegamos a Santa Rita, allí, logramos recargar el combustible por última vez antes de llegar al Destino: Cuchivero. Nos detuvimos unos minutos para llenarnos de energía, entre conversaciones y risas de una aventura compartida y proseguimos rumbo a la Chalana, que nos llevaría a cruzar el majestuoso Río Orinoco.
El cielo fue benevolente con nosotros, nos ofreció nubes para aplacar el sol, y brisa para disminuir el calor, así esperamos la Chalana, a la orilla del imponente Orinoco, “un lugar para remar”, como lo ven y viven los Guaraunos (Guarau, Warrau, Warao), y aunque el Orino es mucho más que eso, sin duda que estar allí es sobrecogedor…

La llegada a Caicara estuvo acompañada de niñas y mujeres con preciosos rasgos indígenas, de piel bronceada con tonos dorados, cabellos lisos y largos, tan largos como la edad les permitiera haber crecido; ojos pardos, alargados, llenos de curiosidad y tranquilidad, esa tranquilidad que te brinda vivir a la orilla del gran Orinoco que pasa sin que nada lo detenga… Estas mujeres, motivadas tan solo por vender sus artesanías, piezas que hacen día a día usando los regalos que la naturaleza les brinda; semillas, rocas, madera, y hojas…
Unas cuadras más delante de donde nos encontramos con las vendedoras de artesanía, logramos ubicar el “Mercadito Popular”, también lleno de las mismas mujeres, trabajadoras e incansables, ofreciéndote su trabajo, la artesanía. Al principio pensamos que eran otras, pero al ver sus rostros entiendes que son las mismas, que nos siguieron desde el embarcadero y que tan sólo quieren que les compres algo…
Entre tanto ver el trabajo de las mujeres del Orinoco, y comprar otro tanto, degustamos unos suculentos pescados fritos, sacados de aquí mismo, del Río majestuoso, que regala a quienes viven cerca unas Cachamas llenas de sabor y color.
Palo a Pique
Posterior a la recarga de energía para nosotros (la comida), partimos con rumbo fijo a Cuchivero, donde la tarde de ese día haríamos la actividad con los niños. Así, partimos… Sofocados por la humedad del río y el sol prominente, pero contentos con los planes que teníamos en mente. Allá en Cuchivero nos recibió la Sra. Elba en su casa; la Sra Elba es Enfermera en Cuchivero y encargada Parroquial, con ella podemos planificar próximas actividades. Siempre se mostró tan atenta y servicial, que fue un placer para nosotros  llegar a su casa.. Es amiga de Carlos Hernández, quien nos invitó a ayudarle con la actividad. Allí debimos comer nuevamente, porque es mala educación decir que no cuando te ofrecen, así que agradecidos y educados, degustamos un palo a pique con chigüire guisado. Ya se imaginarán el sabor de aquella delicia, una mezcla de condimentos acompañaba el palo a pique, mientras el chigüire en su salsa se colaba sin prisa. Con eso teníamos ya fuerza para seguir adelante, pues ya llevábamos 29 horas sin dormir.
Con el sol incandescente, movimos las camionetas hasta el lugar donde haríamos la actividad, ya los niños estaban comenzando a llegar, y poco a poco fueron llenando el lugar. Inmediatamente les dijimos que nos dieran 30 minutos para organizarnos y comenzaríamos la actividad… Estábamos en una churuata, pero con techo de zinc, allí debajo de un árbol de mango, el clima mejoró, aunque el sol nunca descansó. Inflamos globos hasta acabarlos, y adornamos el lugar, queríamos que los niños comenzaran a ver nuestra alegría y verlas juntarse con la de ellos y ser ALEGRÍA. Mientras unos picaban las tortas, otros servían el hielo, comenzamos a abrir los refrescos que nos fueron donados por la PEPSI, planta Villa de Cura. Hicimos dos filas grandes, para intentar ordenar y contar a los niños, la cuenta pasaba de 100, pero no pudimos tener certeza nunca, pues entraban y salían, y siempre llegaba uno que no estaba en la lista.
La actividad comenzó pintando caritas, cada uno fue pasando mientras Pintábamos las caritas; flores, corazones, estrellas, Batman, Súperman, Carros y antifaces fueron los más cotizados… Cada niño y niña salían con su carita pintada, una torta y refresco y su gorro hecho con globos, o una espada para los más audaces… En plena algarabía, mientras cada quien está en lo suyo, Waleska y Daniela pintando caras, Patricia y Paola sirviendo refresco y tortas, Carlos y CC con el hielo, otro grupo ordenando los niños, inflando globos, haciendo figuras con los globos, yo con la cámara captando cualquier momento, en fin, cada quien en su labor, llenos de todo y de nada, estando aquí y allá, en ese momento en que escuchas, pero no por completo, allí, escuché, entre las voces de todos, una voz fina que decía: “Señora, maestra, tu”… Y volteé, allí estaba Eduar. Inmediatamente me incliné y le pregunte: Dime mi amor, que sucede? Necesitas algo?... Y con un enorme refresco entre sus manos me dijo: Toma, esto. Es para ustedes…. Gracias!. Ahora sé, que no importa cuales palabras les hubiera dicho en ese momento la verdad es única. Asi es Venezuela. En cada viaje hay una lección, y éste niño, Eduar, nos acaba de enseñar sobre el amor y el agradecimiento…. Definitivamente, Todos estamos a la misma distancia de ayudar, depende de cada uno hacerlo o no.
Nunca sabes quien te va a iluminar el día con una sonrisa...
 Logramos hacer dos juegos más con ellos, cada uno terminó en la entrega de premios para los ganadores, y la posibilidad de volver a participar del resto de los presentes. El lugar estaba lleno de voces, de risas y carcajadas. Las voces de los niños son música para nuestros oídos, verlos reír hasta caerse al suelo nos llenó de alegría, y es que, una alegría compartida es una Doble Alegría. Justo antes de comenzar con la piñata, la maestra nos comentó que los niños nos habían preparado un baile, y así, se hizo la música: Arpa, Cuatro y Maracas y dos parejas bailando; eso sí fue una belleza!, Ver a los niños tan pequeños, y sin miedo, sin vergüenza, sin tabúes, nos hace reflexionar sobre el futuro del país, sobre lo que estamos haciendo, nos hace querer dar más, ayudar más, y hacerlo mejor!  Ellos lo valen, valen cualquier esfuerzo, cualquier dificultad, valen cualquier desavenencia en el camino, lo valen. Porque con su esencia, con su ser, llenan nuestros corazones de buena energía, de amor, y nos motivan a ser mejores, por nosotros, por ellos, por Venezuela.
Un gran aplauso, un abrazo y las bendiciones de Dios para estos niños, que nos llenaron de esperanza con un baile o con un presente.
La hora de la Piñata siempre es la más esperada, todos los niños alrededor de la piñata, esperando que un solo juguete toque el suelo para lanzarse al vacío de los sueños, donde sólo la diversión priva y donde cada momento es eterno. No piensan en otra cosa que no sea eso, La Piñata, llena de juguetes, caramelos, sorpresas, llena de risas también, que contagia a todos los presentes, y así fuimos pasando a los más pequeños, uno a uno, hasta que la piñata estaba casi rota, allí, los muchachos se hicieron cargo, la tomaron y comenzaron a repartir los juguetes para que abarcara a todos, y cada quien lograra conservar algo.
Palabras de agradecimiento de la Sra. Elba y la Maestra hacia nosotros
Los más pequeños siempre quedan rezagados, lo sabemos. Para ellos teníamos guardados unos cotillones (donados por Patricia y Luberco), así que fueron entregados y todos quedaron contentos.
Para cerrar la actividad, nos fuimos todos a la Plaza Bolívar, que quedaba al cruzar la calle, y nos tomamos una foto con los niños.

Como era de esperarse, al terminar de recoger allí, ya estábamos agotados! Ahora sí, el cansancio se apoderó de nosotros, 37 horas sin dormir, y sin bañarnos, sin reposar un rato, estábamos acabados, aunque contentos… Pero ya había llegado el momento de armar campamento para poder descansar, pues el día siguiente debíamos retornar a casa. Así, nos fuimos a la casa de uno de los tíos de Carlos Hernández, y allí debajo de unos frondosos árboles de mango, armamos campamento… La noche se presentó fresca, con algo de brisa, y amenaza de lluvia, aunque en la mañana descubriríamos que no llovería. Nos dimos un largo baño, conversamos un poco sobre la actividad del día y nos fuimos a dormir… La mañana siguiente llegó en compañía de los pájaros, cochinos que deambulaban por doquier y mangos!. Decenas de mangos rodeaban las carpas, y todo el patio. Desarmamos campamento, nos dimos un baño y nos alistamos para partir. Ya de salida, decidimos que debíamos conocer el Balneario las Lajas, donde decidimos acamparíamos en una próxima oportunidad, y si es en invierno mejor, ya que podríamos añadir diversión en la ruta que se llena de agua y se hace necesario vadearla.

El camino de regreso a casa estuvo lleno de despedidas, abrazos, buena vibra y las ganas unida a la promesa de volver. Nosotros, Upetoi 4x4, estamos AGRADECIDOS (así en mayúsculas), por permitirnos formar parte de esta iniciativa, y esperamos sigan llegando las invitaciones, las cuales atenderemos con el mayor cariño…
GRACIAS  a la Gente de PEPSI en su Planta en Villa de Cura, por su colaboración y Donativos. De parte del pueblo de Cuchivero y de nosotros mismos.
GRACIAS  a la Sra. Elba por su recibimiento, sus atenciones y cariño.
GRACIAS  a la Maestra Hortensia por acompañarnos y darnos información importante.
GRACIAS a la gente de Zona XJ por participar y unirse al llamado.
GRACIAS  a Carlos Hernández y Patricia de Hernández, por extendernos la invitación y por las atenciones.
GRACIAS, a todos aquellos que pusieron su grano de arena para hacer posible esta actividad…

¡GRACIAS!

¡Bien Hecho con AMOR!